Es incuestionable que hay avances enormes en nuestro camino de liberación y bienestar vital.
Nuestras bisabuelas y abuelas no podían abrir una cuenta bancaria sin permiso de sus maridos o padres.
Hoy muchos tabúes y estereotipos siguen condicionando nuestro día a día y afectan sutil pero directamente a nuestra salud.
Como los niveles de carga mental, logística y emocional que ya tenemos normalizados en nuestro intento de hacerlo todo bien, llegar a todo y ser buenas hijas, madres, amigas, trabajadoras, parejas..
Y a la vez hay un movimiento imparable de transformación.
Las mujeres caminamos con firmeza hacia el protagonismo de nuestras vidas y el empoderamiento personal y colectivo.
Y no paramos de organizar espacios para visibilizar y darle más fuerza a estos procesos que son compartidos por tantas personas en todo el mundo.
Este viernes nos hemos juntado un buen grupo de mujeres a aprender y compartir sobre la Menopausia.
La PeriMenopausia, junto con la Menstruación y otros procesos psicofisiológicos que tienen que ver con la sangre de las mujeres son todavía tabúes en nuestra sociedad. Menopausia y Menstruación poco a poco cada vez menos, pero piensa por ejemplo en los loquios postparto.
Ha sido en la Universidad de La Rioja. Gracias al impulso y clara apuesta de las organizadoras ♡
No es común que se hable de estos temas en la Universidad, espacios en los que el patriarcado está profundamente enraizado, incluso en las carreras más feminizadas.
En psicología tenemos la excepción del Curso Experto en Psicologia y Psicoterapia Feminista de la Universidad Complutense
Pensar juntas, aprender juntas, dejarnos sentir las emociones que vienen, tomar conciencia de lo que se nos mueve internamente y lo que el cuerpo nos cuenta, es clave para reconectar con el poder de nuestros procesos psicofisiológicos, para transmitírselo a otras mujeres y niñas y así, para ir creando una nueva cultura más respetuosa y amorosa con nosotras mismas, con todas las mujeres.
Para ir transformando la cultura misógina en la que hemos crecido y que tiene tantas consecuencias dañinas sobre nuestra autoestima y nuestra salud.
Si nos han dicho que nuestra menstruación es sucia y tenemos que esconderla, si la menstruación marca nuestra entrada al mundo de «ser mujer» ¿Cómo vamos a querernos, amarnos, aceptar nuestros cuerpos de mujer?
Lo esperable es que desconfiemos, nos avergoncemos y tratemos de minimizar, disimular, anestesiar, ocultar los cambios que nos trae la ciclicidad. Que queramos ser lineales, productivas y estrogénicas.
Si nos han dicho que con el climaterio y la menopausia llegarán un montón de síntomas incómodos, limitantes y fastidiosos ¿cómo vamos a esperar o atravesar este cambio de etapa con curiosidad, apertura y confianza en nosotras mismas y los mensajes de nuestro cuerpo?
Lo esperable es que tengamos miedo, resistencia, enfado con nosotras mismas, desconfianza en nuestras hormonas y queramos maquillar, medicalizar, cambiar desde afuera y sustituir nuestras hormonas.
Es a lo que estamos acostumbradas, no? A no aceptar los cambios que van llegando y hacer cosas desde afuera para controlar o modificar esos cambios: maquillar, estirar, disimular, adelgazar, aumentar nuestros rostros, cuerpos y vidas.
Hay mucha presión para ello: estética, edadista, gordofóbica, productiva…
En la perimenopausia confluyen todas estas presiones.
Nuestros cuerpos y sexualidad comienzan a cambiar, la edad se hace notar en nuestra cara y nuestra piel, algunos kilos vienen para quedarse, sentimos una extraña niebla mental, aderezada con insomnio, sofocos, calores y fuego interno que irrumpe y no nos deja concentrarnos en nada más…
Y así nos encontramos con nuestra sombra.
Cómo reaccionemos ante ello va a depender de muchas cosas y del camino que vengamos recorriendo con respecto a nuestro autocuidado, alimentación, movimiento, sexualidad, autoexigencia, donde hayamos depositado nuestro valor y valía, de la relación de amistad o enemistad que tengamos con esas partes internas que no nos gustan de nosotras…
Sin embargo menstruar, la etapa de cambios en la menstruación que trae el climaterio y el dejar de menstruar que llega en la postmenopausia, son procesos naturales que van siempre a favor de nuestra evolución vital (a pesar de que, desde tantos ámbitos, siempre se nos haya transmitido desconfianza hacia nuestros propios procesos corporales y nosotras lo hayamos interiorizado).
La naturaleza tiene un propósito con este cambio hormonal que traerá un nuevo ritmo y un nuevo equilibrio en la postmenopausia.
Un propósito con esta nueva poda neuronal, tan similar a la que se produce en la adolescencia y la madrescencia.
Tiene mensajes profundos para nosotras, para nuestro bienestar psicoemocional y relacional.
Pero necesitamos recorrer el camino de reconexión con nosotras mismas para desvelar esa sabiduría psicocorporal.
Especialmente si tienes síntomas incómodos, dolorosos o algún diagnóstico que implica pérdida de salud. Si este es tu caso, entonces, con mayor posibilidad, el camino a recorrer no será cómodo. Habrá pelea interna y externa.
Principalmente porque hay una falta de comprensión del desafío que supone este proceso de cambio de etapa. Y una falta de apoyo y respeto al camino (tanto desde nosotras mismas hacia nuestro proceso, como socialmente).
El problema no es estar atravesando la etapa pre-menstrual, menstrual, climatérica o menopáusica (son los que mayores síntomas «negativos» suelen traernos), sino que el problema es transitar estas etapas en esta sociedad, en este sistema, que lo que espera es que nos comportemos como si nada nos estuviera sucediendo (y por extensión nosotras mismas esperamos que así sea).
Ojalá encuentres tu propio camino de regreso a ti y a esa sabiduría interna.
Ojalá el ciclo menstrual pueda servirte de guía y brújula.
Ojalá la perimenopausia pueda ser vivida como PlenoPausia o SabiaPausia.
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