Terapia de Pareja

Casi todos nosotros y nosotras hemos crecido con la idea de que vivir en pareja tiene mucho que ver con eso de “fueron felices y comieron perdices”.

Sin embargo, todas las personas que compartimos o hemos compartido nuestra vida con otra persona, sabemos lo complejo que es precisamente eso: llegar a compartir la vida.

Hay momentos, además donde situaciones externas afectan mucho y dificultan aún más el encuentro y la intimidad: nacimiento de hijas o hijos, o el deseo e imposibilidad de tenerlos, pérdida de trabajo, pérdida de personas queridas, cuidado de familiares dependientes,  diferencias de prioridades o momentos de vida, diferencias en enfoque de crianza…

Algunos posibles síntomas de alarma: rutina y aburrimiento, falta de comunicación, discusiones frecuentes por tonterías, irascibilidad, echarse en cara cosas del pasado, adelantarse y reprochar cosas que van a suceder “y ya verás como se te ocurra decirme/hacer…”, insatisfacción, distancia, ausencia de deseo, problemas sexuales, falta de confianza mutua, infidelidad… pequeños o grandes conflictos cotidianos que nos separan y provocan que “ya no nos apetezca estar como antes”…

Podemos construir y mantener una relación de pareja fluida, honesta y placentera, basada en la comunicación y el buen amor.

El buen amor se reconoce porque en él somos exactamente como somos y dejamos que el otro o la otra sea exactamente como es.

Joan Garriga