Mujeres

Un enfoque terapéutico especialmente orientado a las mujeres, porque necesitamos terapeutas que comprendan la complejidad que supone ser mujeres en el mundo y la sociedad actual: las presiones, expectativas, los mandatos patriarcales y los malestares que sentimos, la autocrítica y la autoexigencia que nos acompaña cotidianamente, la vergüenza y la culpa cuando no cumplimos con lo esperado, el miedo a ser auténticas, a hacer, decir y sentir lo que nos plazca, el acoso y las situaciones violentas que sufrimos cotidianamente, el poco espacio con el que contamos para cuidar nuestro espacio personal, las dificultades para darnos a nosotras mismas lo mismo que damos a les otres, la complejidad de integrar identidades cotidianamente invisiblilizadas (trabajadoras, madres, lesbianas, mestizas, racializadas, trans, migrantes…).

Como plantea  la analista junguiana Clarisa Pínkola Estés, «la teoría psicológica tradicional se agota demasiado pronto cuando se trata de analizar a las mujeres creativas, talentosas, profundas. La psicología tradicional se muestra a menudo muy parca o totalmente silenciosa a propósito de las cuestiones más profundas e importantes para las mujeres: lo arquetípico, lo intuitivo, lo sexual y lo cíclico, las edades de las mujeres, la manera de actuar de una mujer, su sabiduría y su fuego creador.»

Para ti, si sientes malestar, confusión o insatisfacción relacionado con:

  • Encontrarte a ti misma, encontrar tu lugar en el mundo (personal, familiar, laboral)
  • Afrontar la desorientación de una crisis vital
  • Deseo de criticarte y exigirte menos, de quererte más y mejor. También a tu propio cuerpo
  • Poner el buen trato -en todos los sentidos y relaciones- en el centro de tu vida
  • Comprenderte y acompañarte viviendo desde la Neurodivergencia (PAS, ACI, TEA, TDAH..)
  • Necesidad de sentirte segura y válida, apostar por tus proyectos de vida con confianza en ti misma
  • Dificultad para vivir desde el placer, también en la sexualidad
  • Dificultad en la relación con tu propia madre o padre
  • Deseo de decir las cosas y tal y como las piensas y sientes, de poner límites, de protegerte
  • La pareja
  • La falta de pareja
  • La ruptura de pareja
  • El desamor
  • La maternidad
  • El deseo de maternidad, la búsqueda de embarazo, la dificultad de convertirte en madre
  • La decisión de No maternidad, también ante interrupciones voluntarias del embarazo
  • La conciliación de la maternidad con el resto de áreas de tu vida: mujer además de madre
  • La maternidad en solitario elegida, o monomarentalidad forzada
  • Lesbomaternidad
  • El duelo por la maternidad no lograda
  • Diversidad afectivo-sexual, de género e identitaria
  • Haber vivido Abuso Sexual en la Infancia
  • Haber vivido algún mal trato, acoso, agresión o algún tipo de violencia (de pareja, laboral, gineco-obstétrica…)
  • Sentir poca sensibilidad y conciencia corporal, deseo de vivir menos preocupada, menos en la cabeza
  • Molestias o dolores menstruales o asociados al climaterio o menopausia
  • Ocupar el centro de atención, hablar en público, liderar equipos, proyectos…
  • Desarrollar tu propio proyecto creativo o de emprendimiento desde un marco respetuoso contigo misma.
  • Revisar tu proyecto profesional si ya te ha pasado por encima. Deconstruir y reconstruir desde valores más acordes con tu modelo de vida.
  • Delegar, confiar, soltar control…
  • Haber perdido la salud y la fuerza
  • La vida creativa-creadora

Siguiendo a Clarisa Pínkola Estés, sentir frecuentemente alguno de los siguientes síntomas, nos avisa de la ruptura de la salud integral y del potencial creador de nuestra psique: sentirse fatigada, frágil, débil, desgastada, desvalida, triste, confusa, dubitativa, voluble, vacilante, cohibida, como amordazada, apática, asustada, con falta de inspiración, atascada, bloqueada, sin creatividad, o cediendo la propia creatividad a los demás, avergonzada, culpable, enfadada, irritable, con rencor o deseos de venganza, desesperada, desbordada, impotente, incapaz de seguir adelante, sintiendo que todo te sobrepasa, incapaz de controlar el propio ritmo o de imponerse límites, sobreprotegiendo a los demás y desprotegiéndose a una misma, sentirse insegura, impostora, un fraude, con temor a presentar un trabajo hasta que has conseguido la perfección absoluta, con temor a aventurarte sola, a rebelarte, a emprender un viaje, a seguir adelante, a comprometerte en una relación o en un proyecto propio, sentir encogimiento, angustia, humillación, ansiedad, rebajarte ante la autoridad, tener complejo de superioridad, o de inferioridad, ambivalencia y sin embargo estar completamente capacitada para obrar a pleno rendimiento, temor a reaccionar con agresividad, a probar cosas nuevas, a enfrentarte a desafíos, hablar claro, a oponerte, a decir basta, mostrarte conciliadora, complaciente, excesivamente amable, temor a detenerte, a comenzar, a actuar.

Cuando las vidas de las mujeres se quedan estancadas o se llenan de aburrimiento, es hora de que emerja la mujer salvaje: una mujer sana robusta, colmada, tan poderosa como la fuerza vital, dadora de vida, consciente de su propio territorio, ingeniosa, leal, en constante movimiento.

 

Si sientes que es momento de emprender este viaje, te espero.

monicasanchezgallego@cop.es

o en el telf 646 656 991